jueves, 13 de agosto de 2009

Prioridades

como el deslumbramiento de las alas,
cuando se abren a la mitad del cielo

Octavio Paz - Piedra de Sol

Una necesidad: Ariadna toma el vaso entre sus manos, pero no bebe. El agua con hielos no la defiende del calor, así que no se decide. Quisiera una llamada, pero tampoco tiene ganas de hablar; no sabría qué decir. Entonces mira la pared verde de su cuarto, sentada en su escritorio, piernas cruzadas bajo la falda verde; fuego en las manos, ventana abierta, pensamiento grisáceo. Ariadna no bebe y no fija su flujo de pensamiento en algo concreto. Mira atentamente el ritual de apareamiento de las moscas, pero no piensa en él; sus ojos café claro ven, pero ella no piensa en la pared ni en las moscas ni el apareamiento ni el fuego en las manos.

Hace dos horas: fuego en las manos; el doctor detrás de su escritorio-verde-opaco-gris-maltratado mirando atentamente la pantalla de su computadora. El reflejo del monitor en sus lentes enormes impide ver sus ojos. Todo es verde y Ariadna siente el fuego en sus manos, ardiendo sin quemar; destruyendo sin consumir. El diagnóstico es poco favorable: tres meses, cuando mucho. Las manos son un incendio que se alimenta a sí mismo; Ariadna no tiembla, sino que asiente las recomendaciones y guarda silencio, pero siente el fuego.

Mañana: comenzarán los dolores y Ariadna tratará de controlarse. En la escuela estará ausente como en el apareamiento de las moscas. Se quebrará en su casa y llorará kilómetros de angustia. Su cama será un barco. Las piernas temblarán bajo su falda café. No podrá controlarse. No volverá a la escuela. No se despedirá de nadie.

Dos semanas después: tomará su carro, vaciará su cuenta bancaria, manejará hasta Veracruz, regalará lo que sobre del dinero a la primera persona que encuentre, esperará hasta la madrugada, pero el dolor no la dejará caminar; las piernas temblarán bajo la misma falda verde, Ariadna respirará por última vez a las 3:47 de la madrugada, justo antes de estrellar su carro a ciento-veinte contra una pared. Su último pensamiento será: Gracias.

3 comentarios:

Alice dijo...

Loved it.

Pia dijo...

De acuerdo con Chloe!

Pachu dijo...

a) Fine fine fine...
b) ¿Moscas apareándose? No lo puedo esconder, esa imagen me distrajo demasiado.