jueves, 2 de febrero de 2012

El futuro de la seducción

No lo seremos. No seremos iguales. Te llevaré a cenar, manos nerviosas, y te hablaré sobre mí. O la ensalada capresse llenará el vacío de mis palabras. O el vino, tu copa nunca vacía, llenará el espacio. No es seducción. Convencimiento, llenar las palabras con objetos; no seducción. Te vendo ideas; te vendo un collar para convencerte. Utilizo flores como símbolo de lo que haré por ti. Símbolos vacíos; referir a otros símbolos, como esa ocasión en la que te compré un anillo. Convencimiento, persuasión emocional; no seducción. Convencerte de que el mundo es bello cuando estás conmigo. Construir un mundo en el que las flores crecen para ti.

Te hablaré de mí. De cómo conseguí el trabajo, y cómo escapé de la muerte, y cómo murió mi madre, y cómo tenía un juguete que perdí. Y eso, y no somos iguales. Prestamos servicios; te vendo una idea, un método. Esfuerzos mecánicos, como algún día lo hicieron nuestros padres. Besaré tus manos como lo hizo mi padre con mi madre; y después con su amante; y seguiré sus pasos. Te vendo un método a cambio de aburrimiento; colorido aburrimiento de ensalada capresse y champagne. No es seducción. No hay seducción, ni deseo, ni color. Hay una historia similar. No somos amantes, somos familia. Serás la madre de mis hijos. Verás mis películas, literatura mecánica, con el mundo bajo tus piernas. No es seducción, es la compra de tu miseria. Monedas de cobre bajo la almohada, colorida tristeza. Grises vacaciones. Descubrirás a mi amante y callarás; callarás porque nunca hubo deseo. Algo morirá en ti, o quizá verás que nunca estuvo vivo. Y lo verás, y matarás a los niños, y me matarás, y morirás sobre mi cuerpo.

No es seducción. Es la muerte que te invita a cenar. ¿No quieres seguir mis pasos? ¿No me seguirás hacia el abismo? ¿No enterrarás tus cenizas con las mías? No habrá sombra bajo tus pies. Construiré este mundo que nos engullirá, manos nerviosas, con todo lo que amamos —si acaso, alguna vez, amamos—. Y si camino, caminaré contigo. Descansaré bajo la sombra de tu miseria. Y seré el cazador, traeré el alimento y comeré tu miseria. Seré tu miseria y moriré bajo tu cuerpo. Y nuestras cenizas serán enterradas juntas, árboles entrelazados, bajo el mundo que hice para ti.