martes, 11 de octubre de 2011

La retórica del llanto

Lo que menos importa
es decir algo,
un mensaje,
una redención,
un grito.

No importa
sino la inundación,
el ruido,
el discurso implícito.

Importa el filtro de la sangre,
el mensaje desvanecido,
el desvanecimiento,
el filtro de la sangre
que libera el peso
y el lastre
de la garganta.

Consecuencias,
nada,
silencio,
el peso sigue ahí,
siempre es una carga
ante la vista;
existir,
la carga en los hombros.

No hay mensaje
porque no es importante;
importa el tiempo
y la sangre filtrada;
importa el silencio
ahora roto.