El primer sueño ocurrió, por así decirlo, el jueves por la tarde. Renata vio a la chica –rubia artificial, ropa de pésimo gusto– arrojando su café en la cara del novio; toda la cafetería estalló en carcajadas. Renata recordó de golpe que en la noche del miércoles soñó todo el asunto. El novio tenía otras tres novias y la chica oxigenada se enteró ese día. El resultado: gran enojo y café caliente en la cara.
Renata no solía recordar sus sueños. Tenía dos o tres pesadillas al mes y esos eran los únicos sueños que recordaba. Después del accidente notó que sus sueños ahora predecían el futuro. Por lo regular soñaba cosas irrelevantes sobre personas que no conocía: una señora pisando un charco, un zapatero con gripa, dos compañeros de clase que se amaban en secreto y el asunto de los novios en la cafetería.
Todo se complicó cuando Renata empezó a soñar con su familia. Por lo regular se trataba de su madre cocinando o su hermano mayor manejando irresponsablemente. Un día, algo así como un mes después del café en el rostro, Renata soñó con su madre llorando. Al día siguiente, su hermano llorando en su cuarto por algo que Renata había hecho. En toda la semana siguieron esos sueños con toda su familia, como si les hubiera hecho algo terrible.
Las pesadillas ocurrieron por tres semanas más y Renata se atormentaba a todas horas porque temía causar tanto sufrimiento a su familia. Después de dos meses de sueños recurrentes, Renata escapó de su casa. Sólo dejo una nota muy breve que realmente no explicaba por qué se fue. Ella nunca supo que su huida causó cantidades enormes de sufrimiento a su familia y que el destino tiene modos muy extraños de realizar sus designios.
Renata no solía recordar sus sueños. Tenía dos o tres pesadillas al mes y esos eran los únicos sueños que recordaba. Después del accidente notó que sus sueños ahora predecían el futuro. Por lo regular soñaba cosas irrelevantes sobre personas que no conocía: una señora pisando un charco, un zapatero con gripa, dos compañeros de clase que se amaban en secreto y el asunto de los novios en la cafetería.
Todo se complicó cuando Renata empezó a soñar con su familia. Por lo regular se trataba de su madre cocinando o su hermano mayor manejando irresponsablemente. Un día, algo así como un mes después del café en el rostro, Renata soñó con su madre llorando. Al día siguiente, su hermano llorando en su cuarto por algo que Renata había hecho. En toda la semana siguieron esos sueños con toda su familia, como si les hubiera hecho algo terrible.
Las pesadillas ocurrieron por tres semanas más y Renata se atormentaba a todas horas porque temía causar tanto sufrimiento a su familia. Después de dos meses de sueños recurrentes, Renata escapó de su casa. Sólo dejo una nota muy breve que realmente no explicaba por qué se fue. Ella nunca supo que su huida causó cantidades enormes de sufrimiento a su familia y que el destino tiene modos muy extraños de realizar sus designios.
3 comentarios:
jojojo, freeze.
antmat - o el club de los anti matemáticos.
No sé, todavía no me gusta soñar. Justo hoy me desperté apurada, y salí a la calle a medio vestir... (Vértigo)
Me recordó al mito de Edipo. Maldito oráculo ¿no crees?
Hmm...baidegüei... Renata es mi nombre favorito :)
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