domingo, 6 de septiembre de 2009

An Epic at the Road

Ritual to set myself ablaze.

—Maverick - An Epic at the Sea


Se consumen las horas;
el tiempo vuela.
Los escucho:
los días consumirán
cualquier obstáculo.
Y no pienso que llegue un día
en el que no haya miedo
y todo mejore.

Allá, lejos,
se consume el ruido
y el rechinar de los dientes.
Los escucho:
nos persiguen desde lejos,
desgarrando nuestras miradas.
Manejo este cuerpo
a velocidades imprudentes;
nos veremos al final del tiempo
y el inicio del camino.

Allá, lejos,
se consume el tiempo
y la espera de los amantes.
Leo sus labios:
gritan su impaciencia
y arrancan sus cabellos.
Y no llegará un día
en el que los besos calmen su sed;
nada apagará este incendio
y nada detendrá al tiempo.

Manejo el cuerpo
más rápido de lo que debo;
no congelaré el instante
con palabras,
porque las flores congeladas
se destruyen fácilmente.
Los veo:
saltan el tiempo
mirándose a los ojos;
ya no rechinan los dientes
ni gritan la desesperación.
La espera termina
al final del camino;
ya no existe el tiempo,
sólo hay cabellos y labios.

1 comentario:

Pachu dijo...

Lo espero. Paciente, aunque él me pida que no lo haga con los labios, en sus ojos veo esa esperanza de que yo lo haga. Y heme aquí. Con todo y que ya sé el adjetivo que le pondrías, yo lo espero.