Mas allá de mi casa las porristas cantan sus porras a los autos que suben hacia el bosque de Chapultepec y no preguntan mi nombre porque no les interesa nada mas que las porras que escuchan más arriba de mi casa y hacia el bosque donde hay un río que no existe y lleva hacia donde solía pescar con mi padre pero ya no pescamos porque no hay dinero y tengo que darle lo que me corresponde porque es mi obligación y odio cada segundo que estoy despierto y tengo que cargar con lo que me corresponde porque es mi obligación aunque las circunstancias me obligan y no quiero competir porque ya estoy cansado de que me pase lo mismo que con Valencia que todos me dicen que la aman y la adoran y no la merezco porque las porristas no saben mi nombre ni los que van a Chapultepec y es mi obligación y me corresponde.
Allá en el fondo está la tristeza; despierta.
Allá en el fondo está la tristeza; despierta.
4 comentarios:
Mi obligación es decir que ha sido una oración demasiado larga, pero no me corresponde.
Me gusta el exceso de signos de puntuación que hay aquí.
Ay...esa Violeta tan modesta :)
Las porristas no saben ni sus nombres.
anticiu
Sí, ya nadie se acuerda de Valencia. Qué mala ondis.
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