La tormenta vendrá
sobre los valles de flores
y los campos de cultivo
con dientes de fuego
entre la hierba.
Seis cielos después
la tormenta quemará
los frutos de la tierra
como una serpiente
bajando del cielo.
La guerra incendiará los campos de flores;
la sangre de diez mil guerreros
inundará los campos de flores.
Mil cielos después
no quedará rastro alguno
ni sombras de nuestros padres,
sólo se escuchará
el furibundo grito del viento desbocado
sobre lo que alguna vez llamamos patria.
Así lo dejó dicho Axctlactun
en el año seis-fuego.
–Anónimo - Ixtlactuan
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