Anoche sonreí
después de la bocanada
de cigarro.
Estábamos lejos,
pero tal vez
sólo físicamente.
Sonreí
porque vi la fuerza
necesaria
para hacerlo.
Equilibrio.
Anoche levanté
los escombros
de mi cara
y encontré
que no estoy solo
y no estoy vacío
y no estoy.
Equilibrio,
fumar tres cigarros
y sonreír de nuevo.
Hoy todavía puedo,
y es lo único que importa.
1 comentario:
"es lo único que importa".
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