miércoles, 4 de enero de 2012

B

Habla la muerte

Vida. Evanescente, efímera, autodestructiva; fuego que se consume a sí mismo. Vida, ese impulso, ese resultado; vela que ha de apagarse al amanecer. Vela que ha de apagarse para dar paso al amanecer. Vela que ha de apagarse. Fuego que desiste. Vivir: desistir, soltar las manos; anular el sustento; autoconsumirse y desistir. Desistir: dejar ser y dejar de ser. Desistir y mostrarse. Mostrarse y dejar algo oculto; mostrar y ocultarse; permanecer oculto y desistir. Vida, evanescer; fluir y destruirse. Desistir. La mano que me toca es también mi mano; la voz que me nombra es mi propia voz. Soy el fuego que me destruye y los ojos que me crean. No tengo nombre, pero soy nombrado; me desvanezco y pertenezco. Me invoca el silencio y me evoca el ruido. Soy el vacío que es todo contenido. Contengo al vacío. Soy todos los nombres de todas las cosas. Nombro el vacío en todas las cosas. Vacío los nombres. Toco una mano y la desvanezco, pero sólo existe cuando la toco. Sólo existo en el contacto. Confecciono el silencio en el que se desvanecen todas las palabras. El tiempo no puede tocarme. La vida queda vacía, inmóvil, si no la toco. La vida no puede hablar si no la toco.

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