sábado, 27 de noviembre de 2010

Hierve la sangre

Hoy mis mejillas,
hervidas de sangre
se enrojecieron.

Recuerdo la mano
bajo la que arde la mejilla
y cómo hierve la sangre.

Hierve la sangre
y recuerdo la miseria;
hierve la sangre
y yo retrocedo;
pierdo el camino
y hablo en lenguas.

Mira
cómo hierve la sangre
y vuelve el silencio.

Hoy me recordé
bajo el asedio
de la sangre:
muros desiertos
y sonrisas temporales;
recordé el asedio
de la sangre.

Hierve la sangre
y no lo permitiré
de nuevo.

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