Y no
y nada
y nunca.
Y no te cansas
de torturarte;
haces la pregunta
y no responderá
aunque sabes la respuesta.
Guardas para siempre
todo lo que no te dice,
porque lo sabes.
Deseas la muerte
porque nada llena el vacío
y callas,
porque es mejor callar
que entregar las inseguridades.
Eres un secreto mal guardado,
una mentira que ella dice;
y sabes que miente
pero no dices nada,
es por tu bien,
algún día lo comprenderás,
guardarás el secreto
inevitablemente
y cargarás el peso
de lo que sabes.
Todavía reconstruyes
una mentira en torno a ti,
callas,
guardas todo
hasta el último momento.
Tienes el mismo miedo,
pero ya no dudas;
caminas con anteojos de sospecha,
uñas de león,
espalda tensa,
cansancio recurrente.
Correrás para siempre
o te decidirás
–ahora y no después–
a dejarlo atrás,
olvidarlo,
ver que vale la pena,
o todas las noches
serán esta noche:
no dormirás,
no,
nada,
nunca.
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