miércoles, 1 de julio de 2009

Oferta/demanda

Melina construyó un cohete para ir a la luna. Cuando llegó a la luna encontró piedras y arena. Nada más. Cuando regresó a la tierra, trató de vender sus piedras y su arena a los anarquistas, pero ellos no las quisieron porque eso implicaba usar dinero y Marx-nos-libre.

Trató de venderlas a los jardines de niños, pero sólo necesitaban la arena y las piedras eran peligrosas para las pequeñas criaturas. Melina no vendió ni piedras ni arena, pues pensaba que ambas se necesitan mutuamente y no deben separarse.

Trató de venderlas a los constructores, pero ya nadie usa piedras ni arena gracias a los materiales modernos de alta resistencia y bajo costo, o algo así de cursi.

Trató de venderlas a los coleccionistas de asuntos espaciales, pero ellos dudaron de la autenticidad lunárica de sus materiales y someterían la decisión a un análisis que tomaría de ocho a diez semanas.

Trató de venderlas a una tienda de antigüedades, pero la viejita a cargo no entendió la necesidad de comprar piedras y arena.

Melina se sentía triste porque nadie quería comprar sus piedras y su arena, cuando de pronto se dio cuenta de que realmente no necesitaba venderlas, porque tenía suficiente dinero como para construir un cohete que llegara hasta la luna.

2 comentarios:

Alice dijo...

She had no need indeed to sell sand and stones in a place where ignorants feel pretty proud of houses made of something else than moon´s nature.

Pachu dijo...

Me gustaría mucho un jardín de arena y piedras lunares, yo las compro.